martes, 7 de diciembre de 2010

Ecología Emocional, por Mercé Conangla y Jaume Soler




ECOLOGÍA EMOCIONAL:

Es el arte de gestionar nuestras emociones de tal forma que la energía que éstas generan sean dirigidas a nuestro crecimiento personal, a la mejora de nuestras relaciones interpersonales y a la construcción de un mundo más armónico y solidario.

Abono emocional (o vitaminas emocionales):
Ayudan a crecer y ayudan a vivir. Proporcionan nutrientes y energía emocional: agradecimiento, felicitaciones, sonrisas, abrazos, caricias, 
ternura...

Agujero en la capa de ozono:
Pérdida de protección en nuestro interior que hace recibamos algunos 
estímulos sin protección ni filtro alguno. Por ejemplo, juicios de valor, 
críticas, susceptibilidades...

Biodegradable:
Emociones que hay que permitir que cambien, evolucionen o 
desaparezcan. En cambio, las “no biodegradables” pueden llegar a 
envenenarnos.

Cartografía emocional:
El mapa mental del mundo que utilizamos como guía en la vida diaria. 
Información con carga afectiva que señala zonas de peligro, de 
exploración, rutas adecuadas… Contiene la memoria emocional.

Contaminación:
Afectos en mal estado, como el mal humor, irritación, enojo, desánimo, 
el rencor o el resentimiento. Se contagian y contaminan el clima 
emocional global.

Conservas emocionales:
Situaciones agradables cuyo recuerdo podemos guardar para evocarlo 
cuando lleguen los malos tiempos.

Desierto:
Momento emocional en el que uno se siente en tierra yerma, solo y sin 
recursos.

Efecto invernadero y lluvia ácida:
Emitimos partículas tóxicas y contaminantes que acaban rebotándonos en 
forma de lluvia ácida reduciendo a cenizas nuestra vida interior: El mal humor, las agresiones, el rencor, la envidia, los celos, la crítica constante, la queja, el victimismo, la tendencia a señalar siempre los defectos de los demás...

Energía emocional:
Es el combustible que nos ayuda a vivir (automotivación, alegría, amor, 
ternura...).

Reciclaje:
Transformación de un sentimiento que da la oportunidad de evolucionar y 
descubrir nuevas posibilidades de nuestro interior. Los celos pueden ser una 
oportunidad para detectar puntos de mejora y transformarse en más autonomía y seguridad; la envidia, en solidaridad y generosidad; la ira, en energía positiva...

Reservas naturales y espacios protegidos:
Espacios de intimidad reservados a nosotros mismos. Nos ayudan a respirar y a disfrutar de una mejor calidad de vida. Deben expandirse a medida que 
crecemos.



Exponemos aquí los siete principios básicos que plantea la Ecología Emocional, que pueden ser el punto de partida para ponernos a caminar en el camino hacia nuestra Autenticidad, hacia el encuentro sensato, cálido y fraterno con el Yo Soy. (Hay otras más, pero éstas son desde mi óptica, un buen punto de partida).

7 Principios de la Ecología Emocional para las relaciones:

1- Principio de la autonomía personal: “Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán”.
2- Principio de la prevención de dependencias. No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos”.
3- Principio del boomerang; “Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a tí”.
4- Principio del reconocimiento de la individualidad y la diferencia. “No hagas a los demás aquello que quieres para tí. Pueden tener gustos diferentes”.
5- Principio de la integridad natural. “No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a tí”.
6- Principio de la auto-aplicación previa. “No podrás hacer y dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo”
7- Principio de la limpieza relacional. “Tener el deber consigo mismo de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y no nos dejan crecer”.

No somos responsables de lo que sentimos (las emociones no se eligen ni se planifican) pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos. Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas. Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta. Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional.

No busquemos la excusa de nuestras emociones que nos perjudican o perjudican a los demás en los hechos de los otros. Busquemos la causa, siempre, dentro de nosotros mismos, porque ninguna emoción de ningún ser puede tener acción en nosotros si nosotros estamos protegidos por el escudo del Amor y vibramos en esa sintonía. Vos elegís qué deseas reflejar a tu entorno y eso mismo recibirás.

Tomado de:


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